Campamento

08 diciembre, 2012


Hace unos meses, una amiga mía, quien es una fotógrafa entusiasta de la naturaleza, decidió pasar un día y una noche en un bosque cercano a la ciudad. Quería fotografiar los árboles y la vida silvestre sin interrupciones para completar su portafolio. No tenía miedo de estar a solas, porque ya había acampado muchas veces antes sin compañía alguna.

Armó su tienda en medio de un pequeño claro y pasó el día tomando fotos. Lleno cuatro rollos fotográficos en ese viaje, pero cuando los envió a revelar, vio cuatro fotos que la desconcertaron. Esas cuatro fotografías habían sido tomadas desde el interior de la tienda, mostrándola a ella, completamente dormida, en la mitad de la noche. 


La cinta

07 diciembre, 2012


Una traducción original más, un poco antes del fin del mundo.

Durante el verano de 1983, en un tranquilo pueblo de Minneapolis, Minnesota, se encontró el cuerpo carbonizado de una mujer dentro del horno de una estufa en una pequeña granja. En la cocina, también se encontró una videocámara, montada en un tripié apuntando hacia la estufa. En ese momento, no se encontró cinta alguna dentro de la cámara.

Aunque originalmente, la escena fue descrita por la policía como un homicidio, más tarde una cinta VHS sin etiqueta fue encontrada en el fondo del pozo de la misma granja (el cual, aparentemente, se había secado unos meses antes) cambiando por completo la perspectiva del caso.

A pesar de estar deteriorada y del hecho de que no tuviera audio, la policía pudo ver el contenido de la cinta. En ella, se mostraba a una mujer parándose frente a la videocámara (aparentemente usando la misma cámara encontrada en la cocina). Después de ajustar la cámara para incluir en la toma a la estufa y a sí misma, encendió el horno, abrió la puerta y se metió dentro, cerrando la puerta del horno tras de sí. 

Durante los ocho minutos siguientes, el horno se agitaba violentamente, mientras un denso humo negro emanaba del interior. Los 45 minutos restantes de video, antes de que la cámara se quedara sin baterías, mostraban una toma estática de la cocina sin cambio alguno.

Para evitar alertar a la comunidad, la policía nunca filtró ninguna información acerca de la cinta, ni siquiera el hecho de que esta había sido encontrada. No podían determinar quién podía haber arrojado la cinta al pozo o por qué la estatura y edad de la mujer del video no coincidían en absoluto con el cuerpo encontrado dentro del horno.


Pulseras



En los Estados Unidos, cada vez que te internan en un hospital, colocan en tu muñeca una pulsera blanca con tu nombre, para poder identificarte. Sin embargo, existen otras pulseras de colores diferentes, que simbolizan ciertos padecimientos o condiciones médicas. Por ejemplo, las pulseras rojas son colocadas en las muñecas de las personas que acaban de fallecer.

Un joven cirujano, que trabajaba en el turno de noche en un hospital académico, acababa de salir de una operación y se dirigía al sótano. Entró en el elevador, donde sólo había una mujer y entabló una plática casual con ella, mientras el aparato descendía.

Cuando la puerta del elevador se abrió, ambos observaron como otra mujer estaba a punto de entrar y entonces el doctor, de manera precipitada, apretó el botón para cerrar la puerta y presionó rápidamente el botón correspondiente al último piso.

Sorprendida, la mujer reprendió al doctor por su descortesía al no permitir a la otra mujer subir al elevador. El doctor explicó: “Esa es la mujer que acabo de operar. Murió durante la operación… ¿No vio la pulsera roja que llevaba en la muñeca?”

La mujer sonrió, levantó su brazo y dijo: “¿Era una como ésta?”


Sarah O' Bannon


Antiguamente, a los ataúdes se les hacía un agujero, conectado a un largo tubo de cobre y a una campana. El tubo permitiría respirar a las personas que fueran tomadas por muertas y enterradas aún con vida.

Una noche, en el cementerio de cierto pueblito, el enterrador local escuchó el tañido de una campana. En ocasiones, los niños trataban de jugarle una broma, y en otras, lo que escuchaba era sólo el viento. Decidió ver cuál era la causa del sonido y se dio cuenta que esta vez, no era ninguna de las dos. Una voz que provenía desde lo más profundo, rogaba por ser desenterrada.

"¿Eres tú Sarah O'Bannon?” Preguntó el hombre.

"¡Sí!" Contestó la enmudecida voz.

"¿Naciste el 17 de septiembre de 1827?"

"¡Sí!"

"La lápida dice que moriste el 20 de febrero de 1857."

"¡NO! ¡ESTOY VIVA, FUE UN ERROR! ¡DESENTIÉRREME, LIBÉREME!"

"Lo siento, señorita" dijo, mientras arrancaba la campana y cubría el tubo con tierra. "Pero ya estamos en agosto. Sea lo que sea, estoy endemoniadamente seguro de que ya no está viva… y de que tampoco volverá a subir."


Amor Maternal


Una tarde, una pareja regresaba de un largo viaje, cuando a lo lejos vio a una mujer en medio de la carretera haciendo señas para que se detuviera.

La mujer le dijo a su esposo que siguiera conduciendo porque el detenerse en medio de la carretera podría ser muy peligroso, pero el hombre decidió reducir la velocidad y averiguar qué quería decirles la mujer que pedía ayuda. En cuanto se acercaron, notaron que la mujer tenía cortadas y moretones en la cara, así como en gran parte de los brazos. Decidieron parar para ver si podrían ser de ayuda.

La mujer herida pedía auxilio desesperadamente, pues les contó que había tenido un accidente automovilístico y que su esposo e hijo, un recién nacido, seguían dentro del auto que estaba hundido en un gran bache. Agregó que su esposo parecía estar muerto, pero su hijo aún daba señales de vida.

El hombre decidió bajar del auto e intentar rescatar al bebé, diciéndole a la mujer del accidente que esperara con su esposa dentro del vehículo. Cuando llegó al lugar, notó que parecía haber dos cuerpos en los asientos delanteros, pero no reparó en eso y rápidamente sacó al bebé del asiento trasero para llevárselo a su madre.

Cuando regresó a su propio vehículo, no pudo hallar a la mujer herida, así que preguntó a su esposa dónde había ido la madre del bebé. Sorprendida, su esposa le respondió que la mujer corrió detrás de él hacia el lugar del accidente.

El hombre regresó al automóvil accidentado a buscarla, donde se dio cuenta que el piloto y el copiloto estaban irremediablemente muertos, y uno de ellos era, sin lugar a dudas, la mujer que pedía ayuda.

The Hitchhiker por xXIncendiaXx